viernes, 2 de noviembre de 2012

Promete quererme un poquito.

Si salimos de esta, promete llevarme en una nave espacial hasta las estrellas y hacer una parada en cada una. Promete limpiarme con la lengua ese potingue de nata que manchará mi nariz. Promete que intentarás besarme a la vez que me río aunque no seas capaz. Y hazme la burla cuando te diga que te quiero. Que te quiero a veces más de lo que quiero. Que te quiero a veces sin querer y hasta no poder. Prométeme que me querrás como me quieres ahora aunque a veces pueda doler. Y yo prometo quererte tanto que a veces me produzca gracia.

19 días y más de 500 noches.

Dijo 'Hola' y 'Adios', y el portazo sonó como un signo de interrogación.

martes, 30 de octubre de 2012

Tu habitación desordenada.

Estaba loca por descubrir los secretos de tu dormitorio y cuando los descubrí, vi que había poco más que polvo y mi camisa tirada en tu cama. Miles de lágrimas en las copas de champange con las que dimos un brindis la noche anterior.
Unas huellas, estúpidas huellas que dejamos en el suelo de sudor. Una persiana bajada y un cajón sin ropa interior. Unas arrugas desordenadas en tus sábanas a conjunto con la puñalada que me dio tu almohada.
Un pastel, dos coñacs, cuatro velas y una alma que no quería dejarse llevar.
Libros en el suelo y una estantería torcida. Muchos problemas y pocas medicinas. Mucho roce de labios pero pocos besos. No sé si lo entiendes, pero solo pido eso.
Solo pido tu presencia, pero no tu cuerpo joder, no tu cuerpo.Solo pido que en vez de acostarte conmigo me veas dormir. Que si tienes que gritar sea de alegría por verme sonreír. 
Si por pedir no pido tanto, solo pido que me quieras. Ser más que unas caderas y un capricho para ti.

domingo, 21 de octubre de 2012

Exactamente esto.


¿Duele?

Posiblemente yo sea de esas personas que cometen ciento cincuenta errores al día. A la que le han fallado tantas veces que las heridas ya no le duelen. Que mis oídos se hicieron impermeables a los gritos. Mis ojos ya no me quieren ver las lágrimas, porque les aburren. Y las manos están metidas en los bolsillos porque no quieren pelear contra la tristeza que siempre le acaba ganando.
Posiblemente soy la masoquista que escucha canciones tristes cuando está mal y me guste discutir. Que su solución de los problemas sea callarselos y tragar saliba. Y que todo lo que piensa tiene que escribirlo. 
A veces me pregunto que estoy haciendo y si estoy perdiendo el tiempo, ya que yo más perdida no puedo estar. No sé ni como he llegado hasta aquí ni que estoy haciendo. Ni tampoco sé que es exactamente lo que quiero escribir o simplemente necesito desahogarme un poco.
Me cansé de sonreír siempre que me contabas lo bien que te iba mientras me apretaba una mano con la otra evitando preguntarte si yo no te hacía falta. Me cansé de tener que comprender todo para que no te enfadaras y de tener cuidado en cada consejo que te daba para que nada te saliera mal. Me cansé de tener que ser yo quien aguantara tus lágrimas y tus errores de después de un sábado por la noche. Me cansé de no ser nada y que me dijeras que lo era todo. 
Al fin y al cabo, tú perdiste a una persona que te quería, y lo hubiera dado todo por ti, y yo, solo perdí el tiempo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Solo hay una.

Hoy no me apetece hablar de el amor que no siento por nadie, ni nadie siente por mi. Hoy me gustaría hablaros de una persona que normalmente, a mi edad, no sé a la vuestra, no tenemos mucho en cuenta. Alguien a quien odiamos con todas nuestras fuerzas y de quien no podemos prescindir. Ni podemos alejarnos por mucho que lo deseemos en ese momento. Le torcemos la cara y apretamos los puños cuando nos grita, siempre tragando saliba. Decidimos no volver a hablarle nunca, pero a los dos minutos se nos pasa. ¿Y sabéis por qué?
Porque es la única persona a la que no hace falta llamar cuando queremos hablar con ella. La única que no te pisa si te hundes si te rindes. La que cada mañana es la única que te da un sincero ''Buenos días cariño''. La que se sienta en tu cama y te acaricia la cabeza cuando estás llorando. La que te tapa cuando tienes frío. La que te comprende por mucho que le cueste y siempre te escuchará. La que te enseña todo lo que sabe y al mismo tiempo aprende de ti. La que casi siempre da el brazo a torcer y comienza ella la conversación. La que se preocupa por ti. La que se asusta por el mínimo corte que tengas. Con la que comes patatas y palomitas un domingo por la noche. La que castiga tus errores pero nunca con mala intención. La única  que necesita saber todo de ti aunque no necesites contárselo. Que ríe si tú ríes. Que llora si tú lloras. La que sufre si tú sufres. 
La única. Absolutamente la única que cuando te dice que te quiere es desde lo más profundo y jamas, ¿Me oyes? Jamás dejará de hacerlo. La única, que por ti lo daría todo. Porque siempre quiere sacarte una sonrisa y te limpia la lágrima más tonta. Y como ella solo hay una, por suerte o por desgracia.
Por eso, por todo y mucho más, gracias mamá. Te quiero.

Menos que un amor.