martes, 30 de octubre de 2012

Tu habitación desordenada.

Estaba loca por descubrir los secretos de tu dormitorio y cuando los descubrí, vi que había poco más que polvo y mi camisa tirada en tu cama. Miles de lágrimas en las copas de champange con las que dimos un brindis la noche anterior.
Unas huellas, estúpidas huellas que dejamos en el suelo de sudor. Una persiana bajada y un cajón sin ropa interior. Unas arrugas desordenadas en tus sábanas a conjunto con la puñalada que me dio tu almohada.
Un pastel, dos coñacs, cuatro velas y una alma que no quería dejarse llevar.
Libros en el suelo y una estantería torcida. Muchos problemas y pocas medicinas. Mucho roce de labios pero pocos besos. No sé si lo entiendes, pero solo pido eso.
Solo pido tu presencia, pero no tu cuerpo joder, no tu cuerpo.Solo pido que en vez de acostarte conmigo me veas dormir. Que si tienes que gritar sea de alegría por verme sonreír. 
Si por pedir no pido tanto, solo pido que me quieras. Ser más que unas caderas y un capricho para ti.

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