Mejor que lo hagamos rápido. Que me desabroches el pantalón ahora. Empiezo a escuchar llaves abriendo la puerta de nuestro refugio y gente mirándonos mientras solo nos cubrimos con piel.
Muerde la oreja que es suave y pequeña. Ponme tu camiseta.
Date prisa. No tenemos tiempo. Desabróchame otro botón, que quizás no tengamos más noches, y no seas tú el hombre de mi vida.
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