domingo, 22 de abril de 2012

Sh, te quiero.

¿ Sabes por que dicen que el amor adolescente siempre muere ?
Supongo, que es porqué avita a los ojos, no al corazón.
Yo lo daría todo por ti, dicen todos. Sin ser conscientes de lo que es todo.

Un día se gustan y al segundo se quieren. El tercero suelen amarse pero el cuarto empiezan las complicaciones. Continuadamente, el quinto se dejan y empiezan a sufrir. El sexto y el séptimo el mundo se les cae encima pero, que no se preocupen, que el octavo aparecera alguien con quien volver a emprender esta bonita historia.
Y a sí pasan los días, su adolescencia y la vida.Pero seré sincera, no se pasa mal.
Un día corriente, besas a uno. Uno que es como todos los demás, o puede que hasta sea un poco peor. Y vuelve a empezar lo de siempre, pero, pasa el décimo día y la cosa continúa como el primero. Os besais en vuestros portales y en el puente de camino a clase. Os quereis para toda la vida y jamás os separareis.
El veinteavo día todo se rompe y el mundo se desace como se formó. No comes ni sales y tampoco te acuerdas de respirar.
Los diez días seguidos son igual pero el siguiente ya parece que el Sol empiece a salir y tus amigas te animan. Todo vuelve a la normalidad y recuperas las ganas de vivir. Hasta te haces amiga de aquel chico que tanto querías y te rompió el corazón ya recompuesto.
Es fácil y entretenido vivir así, con sus altos y sus bajos.

Y aquí estoy yo, con mis sonrisas y mis lágrimas a conjunto.
Que le sigo echando de menos como hace unos días. Que, cada día sin él, es como un calendario sin días. Es exactamente eso.
Él es mi aire. El aire de mi oxígeno.
Sin él, mis noches no son noches. No son ni oscuras ni claras porque simplemente no existen.
Sin él, estoy muerta. Estoy muerta pero con vida y sin pinturas por toda la cara dibujándome figuras alegres y ocultando mi frialdad.
Y pasan los días... y los meses y no dejo de quererlo. Antes, moriría. Pero aquí estoy, alimentándome de sus sonrisas, que nisiquiera son para mi.

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