viernes, 9 de noviembre de 2012

Hablar por hablar, no.

Posiblemente yo y los errores seamos muy amigos. He llorado por quien no debía.  He perdonado mucho, hasta que me tomaron por tonta. Ha habido veces que me he despertado con ganas de comerme el mundo y otras que parece que el mundo me comía a mí. He callado de todo por no hacerla daño a nadie. He madurado a base de palos. Sólo de palos. Ha habido días que me sentía preciosa y otros que no quería ni mirarme al espejo. He reído solo para que no se preocupasen por mi, llorado hasta que se me agotasen las lágrimas, y he perdonado lo imperdonable. He hecho reír a la gente con mil tonterías.  He sido el pañuelo de lágrimas de aquellos que se han derrumbado. He querido como nadie lo hará jamás. He conocido al primer amor y me he tenido que enfrentar a su desamor. Me he tragado mi orgullo para no perder a personas importantes. Dejado la piel por los míos y luchado por lo que quería. 
Por eso, por todo eso, antes de mirarme mal, susurraros al oído cosas sobre mi o gritarme, os deberíais de informar. Saber de lo que hablais. Saber lo que pasé. Saber lo que quiero y mis metas. Saber de lo que me arrepentí y lo que no repetí. Antes de abrir la boca aprender a dejar de hablar sin decir nada.

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