domingo, 21 de octubre de 2012

¿Duele?

Posiblemente yo sea de esas personas que cometen ciento cincuenta errores al día. A la que le han fallado tantas veces que las heridas ya no le duelen. Que mis oídos se hicieron impermeables a los gritos. Mis ojos ya no me quieren ver las lágrimas, porque les aburren. Y las manos están metidas en los bolsillos porque no quieren pelear contra la tristeza que siempre le acaba ganando.
Posiblemente soy la masoquista que escucha canciones tristes cuando está mal y me guste discutir. Que su solución de los problemas sea callarselos y tragar saliba. Y que todo lo que piensa tiene que escribirlo. 
A veces me pregunto que estoy haciendo y si estoy perdiendo el tiempo, ya que yo más perdida no puedo estar. No sé ni como he llegado hasta aquí ni que estoy haciendo. Ni tampoco sé que es exactamente lo que quiero escribir o simplemente necesito desahogarme un poco.
Me cansé de sonreír siempre que me contabas lo bien que te iba mientras me apretaba una mano con la otra evitando preguntarte si yo no te hacía falta. Me cansé de tener que comprender todo para que no te enfadaras y de tener cuidado en cada consejo que te daba para que nada te saliera mal. Me cansé de tener que ser yo quien aguantara tus lágrimas y tus errores de después de un sábado por la noche. Me cansé de no ser nada y que me dijeras que lo era todo. 
Al fin y al cabo, tú perdiste a una persona que te quería, y lo hubiera dado todo por ti, y yo, solo perdí el tiempo.

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